domingo, 30 de diciembre de 2012

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡FELIZ AÑO 2013 PARA TODOS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

sábado, 22 de diciembre de 2012


Todas las cartas de amor son ridículas...*

Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.

También escribí en mi tiempo cartas de amor,
como las otras,
ridículas.

Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.

Pero, al fin,
sólo las criaturas que nunca escribieron
cartas de amor
son
ridículas.

Quién me diera el tiempo en que escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas.

La verdad es que hoy
mis recuerdos
de esas cartas
son
ridículos.

(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículos).




* Fernando Pessoa a través de su heterónimo Alvaro de Campos

Traducción del portugués Rodolfo Alonso

sábado, 15 de diciembre de 2012

"Cuando las estrellas bajan, ¡Qué triste es bajar los ojos para verlas!"

Antonio Porchia (Voces)

jueves, 13 de diciembre de 2012

Beatriz Guido, un compromiso con la vida

Beatriz Guido y Leopoldo Torre Nilsson
Creadora de climas plenos de sugestión, Beatriz Guido es una de las escritoras argentinas más originales. 
Se definía a sí misma como "escritor" y no "escritora", refiriéndose a que frente al hecho literario la actitud de hombres y mujeres es la misma, y si bien esto es cierto, la lectura de su obra nos revela situaciones y conflictos narrados desde una óptica femenina.
Su temática es recurrente. Personajes adolescentes en el tránsito a la adultez, la iniciación amorosa y sexual (La Caída, La Mano en la Trampa); enmarcados en situaciones de nuestra historia política, en especial la decadencia de una clase gobernante (Fin de Fiesta, El Incendio y las Vísperas). 
Nació en Rosario, un 13 de diciembre de 1925. Su madre fue una actriz uruguaya y su padre, el arquitecto y crítico de arte Ángel Guido, un hombre con ideas renovadoras y muy relacionado con los caudillos de la época.Él habría de ser una figura decisiva en la vida de Beatriz Guido. Fue él quien llevó el primer libro de cuentos Regreso a los cielos, para su publicación. 
Ella conoció, siendo niña, a Leopoldo Lugones, Arturo Capdevila y Gabriela Mistral, por nombrar sólo algunos de los muchos artistas e intelectuales de primera línea que su padre frecuentaba.
En 1954 recibe el Primer Premio de Novela de la Editorial Emecé por La Casa del Ángel, obra que ella consideraba el inicio de su carrera literaria.
En un ambiente familiar que priorizaba la cultura, su naturaleza imaginativa se desarrolló ampliamente. A su natural talento para la fábula, acopió lecturas enriquecedoras y viajes a Europa, donde perfeccionó sus conocimientos con grandes maestros.
En el año 1955 concreta su relación con Leopoldo Torre Nilson, con quien vivirá hasta la muerte de éste, en 1978.
Esta unión nacida de un amor a primera vista, se consolida a través del trabajo artístico.
Contó muchas veces cómo sufrió al verlo arrancar las páginas de su novela preocupado por transformar el lenguaje narrativo en cinematográfico. No obstante, el amor y la mutua admiración fueron más fuertes que cualquier tipo de competencia. La simbiosis artística que se produce entre ellos hace que sus obras estén indisolublemente ligadas.
Halagados por la crítica, el público y los premios, ganaron mucho dinero y también lo gastaron. Vivían épocas principescas y otras en las cuales no tenían una moneda. El era un apasionado por las carreras de caballos y un apostador compulsivo. Ella no sólo lo toleraba sino que en momentos de apremios económicos, no dudaba en empeñar lo que fuera -incluso joyas y objetos de valor heredados de sus padres- dinero que él depositaba en las ventanillas del hipódromo
Nada, entre ellos, provocó rupturas irreparables. Se permitieron crear libremente. Durante las filmaciones, se la podía ver a Beatriz Guido escribiendo en medio del bullicio provocado por cámaras, actores y técnicos.Concentrada en sus ficciones y a la vez acompañándolo. El fue su primer lector y ella colaboró con él en la transformación de sus relatos en guiones, con total desprendimiento de su autoría.
No tuvieron hijos biológicos, ni jamás se casaron. Fueron, no obstante, una pareja sostenida por el amor, la pasión y el compañerismo.
Cuando el muere, ella sigue escribiendo, La Invitación (novela), Homenaje a la Hora de la Siesta y Esperando a los Castro (teatro), La Encerrada y Viaje en Galera (dos nouvelles publicadas bajo el título "Apasionados").
Recibe el Diploma al Mérito en Novela otorgado por la Fundación Konex.
En 1983 recibe el Premio Nacional de Narrativa por su libro Apasionados.
Un año más tarde, en el gobierno de Raúl Alfonsín es nombrada Agregada Cultural en la Embajada de España con rango de ministro, ocupación que utiliza con gran generosidad para ayudar a los artistas argentinos exiliados en ese país en la época del Proceso Militar.
Estos logros no alcanzan para equilibrar la pérdida.
Durante los nueve años que lo sobrevive, no consigue superar la soledad, la sensación de vacío le resulta intolerable.
Se refugia en los amigos, bebiendo -no para olvidar- sino para mantener vivo su recuerdo.
El 6 de marzo de 1988, su cuerpo dijo basta. Su alma se inventó alas, sabía que en alguna parte, él la estaba esperando.

por Omi Fernández

lunes, 10 de diciembre de 2012

Centro Cultural TiAna


 El Centro Cultural TiAna abrió sus puertas a nuestro barrio en el año 2001, su coordinadora y factotum es María de los Ángeles Grattagliano, quien se inició siendo una adolescente, tenía 15 años cuando comenzó a realizar trabajo parroquial en la Villa de Emergencia que estaba situada en Dorrego y Niceto Vega. Allí funcionaba una escuelita llamada Antártida Argentina, cuya directora era Paula Ruperez, una mujer muy recta y adusta que no se caracterizaba por ser amorosa, sin embargo, su meta y sus esfuerzos estaban enfocados en ayudar a esos niños con pocas probabilidades -desde el inicio de sus vidas-, para que lograran emerger y convertirse en personas de bien. El barrio le debe un reconocimiento a la dedicación de esta maestra.
Pero continuemos con la historia, al recibirse de Asistente Social María de los Ángeles pasó del trabajo ad-honorem en las villas a incorporarse a instituciones estatales y se interesó mucho por los problemas psicológicos que se desprendían de esas familias de bajo nivel socio-económico. Decidió estudiar Psicología Social en la Escuela de Pichón Rivière y aplicar estos conocimientos a la gente que tenía más próxima, la de su barrio.
En 1992 crea Raíces y Alas, un proyecto a través del cual vinculaba a padres y educadores en un trabajo mancomunado que deriva en la necesidad de otras actividades que la gente solicitaba como talleres de teatro, por ejemplo y que van consolidando redes relacionales. Así, el proyecto se convierte en un centro de actividades y nace Creciendo, que ya es más abaracativo y aglutina a más gente.
En 1994, su hija María Paz Bono concluye su escuela de danza sumándose al proyecto pero pidiéndole a su madre que se le cambie el nombre al centro porque ella quiere homenajear a su tía Ana, artista plástica que la iniciara en el camino del arte. Es así que el Centro Cultural se llamó TiAna, y conserva este nombre hasta el presente.
Las actividades que se realizan son danza árabe, grupos de trabajo social y de psicología social, clases de guitarra, taller literario, taller de teatro, grafología y hasta apoyo escolar.
Es importante destacar que si bien los cursos no son gratuitos, desde su propuesta inicial está contemplada la situación de gente que no pueda pagar, porque el factor económico no es la línea vectora, como así tampoco la discriminación ni política ni religiosa.
Asimismo, Grattagliano por haber recibido un trasplante de riñón, se ha conectado con organizaciones de trasplante trabajando en la concientización de la importancia de salvar vidas donando órganos y en aclarar los mitos y miedos que impiden que se ayude a otros en este campo, creando redes solidarias para ayudarse mutuamente.
A través de Internet, le han solicitado su participación y colaboración en entidades que se ocupan de la diversidad, es decir, que incluyen a las personas a las que, habitualmente, se los llama “diferentes” y con los que se han agrupado por padecer enfermedades terminales. Esta pertenencia y ayuda mutua se ha facilitado en los últimos tiempos por la masividad en el uso de computadoras y por la existencia de Internet que dio lugar a las redes sociales como Facebook, Twitter y otras que permiten un diálogo fluido entre personas que no pueden o a quienes les resulta muy dificultoso movilizarse.
Volviendo al taller TiAna, todos los años se realiza en un teatro, la despedida del año para la cual se arman sketch en los cuales se representa a cada taller y los alumnos tienen la posibilidad de mostrar a su familia y amigos los progresos logrados en el transcurso del año.  

lunes, 5 de noviembre de 2012

STIEG LARSSON Y HENNING MANKELL, el boom de la literatura policial sueca



Stieg Larsson (1954-2004) es el creador de la saga Millenium, una trilogía que en la traducción al español se tituló: “Los hombres que no amaban a las mujeres”, “La Chica que Soñaba con una Cerilla y un Bidón de Gasolina” y “La Reina en el Palacio de las Corrientes de Aire”, todas ellas con tiradas excepcionales. Las tres fueron llevadas al cine en Suecia con las actuaciones de Noomi Rapace y Michael Nyqvist, en los roles de Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist.
Mikael es un periodista romántico que lucha por sus ideales con una cuota de ingenuidad que lo lleva a perder su trabajo en el diario por haber intentado desenmascarar las tropelías de una corporación y Lisbeth es una hacker veintiañera, bisexual, que anda en moto, viste chaqueta y pantalones de cuero, lleva un corte de pelo estilo punk y tiene en la cara varios piercing, una apariencia provocadora para un ser sensible que se rebela con las situaciones de vida que le han tocado en suerte, o en mala suerte, y por lo tanto no quiere ni puede entregarse a una relación emocional comprometida.

Larsson es más efectista que Mankell, tiene el olfato de saber elegir el tema y como afrontarlo, para lograr el éxito. A propósito de sus habilidades para épater y sin la menor intención de su parte resulta curiosa las circunstancias de su muerte, algo como una mise en scene lamentable porque luego de entregar el tercer ejemplar de Millenium a la imprenta, falleció de un ataque al corazón sin disfrutar de la fama que lograron sus novelas a nivel mundial.
La repercusión masiva de una obra literaria se patentiza cuando una productora importante compra los derechos, tal como Columbia Pictures hizo y, este año se estrenó una nueva versión de la primera novela, bajo el nombre de “La Chica del Dragón Tatuado” encarnando el personaje Mikael Blomkvist, el actor Daniel Craig, último y actual James Bond de la saga de Fleming.
Henning Mankell nació en Estocolmo en 1948, es narrador y director teatral, ambas actividades las desarrolla tanto en Suecia como en Mozambique. En su país es uno de los dramaturgos más populares pero su éxito en el extranjero se lo proporcionó la serie de novelas policiales cuyo personaje principal es el detective Kurt Wallander. Una suerte de antihéroe gordo, que bebe demasiado y escucha ópera italiana, especialmente cantada por el tenor sueco Jussi Bjorling.
No está en las antípodas del héroe puesto que no es un rebelde, ni se viste de manera extravagante. Es un ser común y corriente que pasaría desapercibido si no fuera por su trabajo como detective en el departamento de policía de un pueblo del sur de Suecia llamado Ystad.
Es divorciado, mantiene una relación conflictiva con su padre y un vínculo problemático con su hija, quien en la adolescencia tuvo un intento de suicidio. Su mejor y más fiel compañero es su perro Jussi.
La buena acogida del público, tanto en su tierra como en toda Europa, hizo que se llevara a la pantalla grande con el actor sueco Rolf Larsgard, quien protaganizó el rol de Wallander en nueve films uno por cada una de las novelas de la saga.
Luego se realizaron dos temporadas de trece capítulos cada una para la televisión, no sometiéndose a las obras literarias y con la participación del mismo Mankell en el guión. En el rol principal, se destaca Krister Henriksson, acompañado en la primera temporada por Ola Rapace como un detective joven y temperamental.<
Posteriormente, el actor irlandés Kenneth Branagh se entusiasmó con el personaje al punto de encontrarse con el autor para convencerlo de realizar una nueva versión que se concretó en nueve episodios, basados en las novelas.
En la Argentina, es en Films & Arts, donde se emiten tanto la versión para la televisión sueca de Henrikssen como la de la BBC con el inglés Branagh.
Con este personaje Henning Mankell se convirtió en un bestseller y fue traducido a muchos idiomas, con igual éxito en todos.
Tanto Larson como Mankell son herederos de Maj Sjwall (Estocolmo 1935) y Per Henrik Wahl (Lund 1926-Estocolmo 1975), matrimonio de escritores suecos donde abrevan todos los que les siguieron.
Otros novelistas escandinavos del género son Jo Nesbo (noruega); Arnaldur Indridason (Islandia); Kjell Ola Dahl (Oslo, 1958) y Anne Holt (Larvik, 1956), entre otros.
Desde Raymond Chandler y Dashiell Hammett, que no se producía un boom de la llamada serie negra que adquiriera estas proporciones.

Omi Fernández

domingo, 4 de noviembre de 2012

Lawrence Durrell, hechizo de una ficción


El Cuarteto de Alejandría de Durrell

Lawrence Durrell (1912-1990) nació en la India Británica.Aunque se lo considera inglés, él rechazaba ser atrapado en los límites de un país y se veía a sí mismo como un ciudadano del mundo.

Escribió El Cuarteto de Alejandría (formado por Justine, Balthazar, Mountolive y Clea – 1957/60) para explorar a fondo el amor a mediados del siglo XX, sin mojigaterías ni moralinas. Se desarrolla en la ciudad de Alejandría después de la Primera Guerra Mundial y hasta ya iniciada la Segunda. La estructura se basa en crear una misma historia,para las tres primeras novelas, que comparten lugar y tiempo, narrada por tres personajes distintos cuyas versiones van completando los datos que darán al lector una ficcionalidad fragmentada y parcial, es decir, similar a la realidad.
La idea de una trama que se va armando con el testimonio de distintos personajes no es nueva, en el siglo XIX Wilkie Collins la concretó en una obra maestra “La Piedra Lunar” (1868). Pero la diferencia estriba en que en ésta los mismos hechos son relatados desde la óptica de cada personaje, en cambio en Durrell no es la interpretación de los mismos lo que enriquece la trama, sino los hechos que se van sumando y modificando la totalidad. La cuarta obra se inicia donde terminan las anteriores. Asi, Justine, Balthazar y Mountolive son hermanas en tiempo y lugar, y Clea, es la que transcurre a partir de allí. La capacidad de Durrell de penetrar a fondo en la psicología de cada una de sus criaturas despierta en el lector emociones muy fuertes, que van cambiando con el avance de la lectura.
No es sólo una indagación sobre el amor, es una obra sobre las búsquedas esenciales del ser humano, el sexo como gran motor y máscara de la soledad, el arte, la religión, la política y el sentido o sinsentido de la vida. «Por medio del arte logramos una feliz transacción con todo lo que nos hiere o vence en la vida cotidiana, no para escapar al destino, como trata de hacerlo el hombre ordinario, sino para cumplirlo en todas sus posiblidades: las imaginarias.».
Los personajes principales son cinco, los cuatro que dan nombre a las unidades y Pursewarden, un alter ego de Durrell, y el que está retratado con mayor hondura. Es un escritor exitoso, de baja estatura, gordo, rubio y arrogante, con una ironía que esconde dolor. Su desapego a los sentimientos, oculta el gran amor que lo une a su hermana Lisa, ella es ciega, ve con los ojos de él. La soledad y la indefensión -siendo muy niños- los une para confrontar al mundo, en una relación incestuosa que la sociedad condena con la locura o con la muerte, él, en su lucha interna, y pese a mostrarse como un cínico alcoholizado y agresivo, acude al suicidio en un acto de supremo amor y generosidad hacia su hermana: «Elegir la muerte cuando sea la única posibilidad de ser un hombre» según reza en Aden Arabia de Paul Nizan. Es desaparecer para que Lisa, viva un amor que pueda mostrar y mantener en el tiempo.
Justine como novela es la más poética y reflexiva de las cuatro, está escrita en primera persona por Darley, profesor de literatura que anhela ser escritor . Éste ha vivido una historia con Justine a quien pinta como ninfómana, esquiva e inaprensible.
Ella proviene de una clase media-baja, y desde su casamiento con Nessim, es una playgirl . Se muestra al principio como una seductora infiel, y su caracterología se va desovillando y enriqueciendo hasta transformarse por completo. Cuando Darley, escribe el manuscrito llamado Justine, se lo envía a Balthazar, observador sagaz y médico de Alejandría quien lo completa con sus opiniones . Así, Justine-amante de Darley durante el primer tomo del cuarteto, aparece como la enamorada de Pursewarden. Balthazar da título a la segunda obra, es un médico, homosexual, obsesionado por el gnosticismo y que se devela como iniciado en la Cábala, así como también sospechoso de ser el jefe de una conspiración contra el gobierno. Coptos, judíos, gnósticos y ateos se mezclan en este buceo de aguas profundas en que los personajes defienden su postura sin caer en lo discursivo. Esta obra es la más anécdotica de la serie, apasionan personajes como Leila, madre de Nessim y Naruz. Leila es amante de Mountolive, éste dará nombre al tercer volumen, en el cual la política tiene mayor relevancia y donde aparecen las verdades ocultas. Está escrito en tercera persona con narrador omnisciente
Asistimos a la conspiración organizada por Nessim, debida al aislamiento de todos los grupos minoritarios -coptos, egipcios, judíos, etc.- de la esferas del poder. Nessim trafica armas para Palestina considerando que si ésta triunfa lo hacen todos los grupúsculos también. Esto significa echarse a los ingleses en contra, quienes desde la embajada y a través de Mountolive y Pursewarden, están realizando la investigación.
Surge aquí la verdadera razón de la unión entre Nessim y Justine, copto y judía, que se necesitan mutuamente y otro de los muchos amores no correspondidos de la obra, el de Naruz -desdichado por su labio leporino- hacia Clea y la repulsión de ésta hacia él. Leemos una Justine que ya no es la supuesta esnob, sino una mujer leal, infiel como tapadera del objetivo real, el movimiento secreto en el que ambos participan y se sostienen. El amor que se profesan es superior al carnal. No tan diferente de la relación epistolar que su madre, Leila, mantuviera con Mountolive, mucho menor que ella, ésta relación, tanto epistolar como física, recibirá un golpe duro más adelante.
Mountolive será el responsable de la investigación sobre el tráfico de armas a Palestina, liderado por Nessim, pero se desespera creyendo que es Leila, su antigua amante, la cabecilla del grupo. A su vez, Leila, conminada a una suerte de autoclausura por padecer la viruela negra que destruyó su belleza, se entera de que Nessim corre verdadero peligro, rompe su encierro y lo visita para rogarle que salve a su hijo y lo hace a cara desnuda. El, por su parte, se da cuenta de que en todos estos años, no había pensado en la diferencia de edad entre ellos, y la ve envejecida como si viera a una extraña.
La serie se cierra con Clea, una artista plástica, independiente, inteligente y solitaria. Juntos son los testigos sobrevivientes de la caída del traficante de armas, que ahora, trabaja para el gobierno en un puesto subalterno puesto que al fracasar su movimiento sus bienes fueron confiscados y Justine, que con agrio resentimiento vive prisión domiciliaria.
Las novelas pueden leerse por separado, pero como obras autónomas no llegan a descollar, son partes de un todo. Valen en tanto y cuanto pertenecen a un contexto mucho más amplio. Durrell declaró que se propuso realizar una novela como un navío de cuatro puentes cuya forma se basa en el principio de relatividad y las revaloriza esa suerte de proposición científica que puntualiza al principio del libro Balthazar, al considerar que tres lados de espacio y uno de tiempo constituyen la receta para cocinar un continuo.
Nos proporciona el sentimiento de creer que los personajes son nuestros amigos, nos invita a discutir sobre ellos, nos habla de sus interioridades y, en fin, muestra una ficción que es como la realidad, personas y personajes, fragmentados, como somos todos.
Tiene la magia que permite al lector entender el significado de la literatura como algo más que una sucesión de hechos o anécdotas entrelazadas, tiene la reflexión poética del autor, al mejor estilo europeo, o mejor aún, nos recuerda la gran novelística del siglo XIX, cuando los escritores nos abrían la puerta al mundo y, en esa universalidad, se concentra lo mínimo. El tema central es una parábola sobre la imposibilidad de completarse, del miedo a la muerte y de la disconformidad del ser consigo mismo, conflictos que los rodean en momentos sublimes. Como en la vida, todo es parcial y todo es relativo, porque la vida es un gran mosaico, un fresco de Da Vinci, donde tirios y troyanos tratan de sobrevivir y amar. ¿Acaso no depende todo de nuestra manera de interpretar el silencio...?



Omi Fernández
Publicado en el Anuario de literatura AVATARES - Noviembre 2012

Santiago Kovadloff, construcción de lo diáfano



Santiago Kovadloff es un hombre de la cultura que se ocupa de hacer didáctica, no sólo en sus cátedras sino en cada artículo que escribe y en cada entrevista que concede. Su vocación docente está presente y se le advierte el regocijo de brindarse con generosidad compartiendo sus conocimientos, producto de años y años de lecturas reflexivas.
Contrariamente a las disciplinas a las que se dedica, traducciones, ensayo filosófico y poesía alejadas de los gustos populares, Kovadloff es consultado en los medios radiales y televisivos para expresar sus opiniones como un referente importante de la comunidad.
Pluralista, demócrata, cultivador de una actividad humana poco transitada como es el escuchar al Otro, expone sus ideas analizando y proponiendo pensar, sin fanatismos y aleccionándonos sobre las ventajas del sentido critico, los favores del disenso y las oportunidades que nos brinda la concertación.
Según sus propias palabras, la Argentina desde hace 200 años arrastra una cultura de la fragmentación. Rechaza la falsa dicotomía entre el silencio o la obsecuencia servil y rescata el acto de escuchar en su valor revolucionario. Escuchar, dice, es peligroso, porque si uno escucha puede entender y si entiende tiene que abrirse a la posibilidad de unirse.
Como periodista escribe habitualmente en el diario La Nación, también colabora con la Sociedad Hebraica Argentina así como con las revistas católicas Criterio y Communio, dejando en claro su versatilidad intelectual.
Es invitado para dar conferencias en distintas partes del mundo y ha sido distinguido como Profesor Honorario de la Universidad Autónoma de Madrid, miembro de la Real Academia Española, de la Academia Argentina de Letras y de la Academia Nacional de Periodismo. Asimismo, ha sido reconocido en varias oportunidades por el gobierno de Portugal por su labor como traductor y antólogo de sus poetas.
Un párrafo aparte merece la traducción y difusión de la obra de Fernando Pessoa, poeta portugués que está entre los mejores vates de la poesía occidental del siglo XX, también ha traducido a Vinicius de Moraes, Mario de Andrade, Manuel Bandeira, Murilo Mendes, Carlos Drummond de Andrade, Machado de Assis, João Guimarães Rosa y Mario de Sá-Carneiro.
Recientemente, fue destacado por la Masonería Argentina con la Orden al Mérito por su “labor en favor de la paz y la concordia, la armonía y tolerancia entre los hombres de diverso pensamiento, y sus esfuerzos en pos del crecimiento cultural de los pueblos, razones que concuerdan con su frase: “Mi sueño es que la Educación sea una política de Estado, y que prescinda de cualquier Gobierno”.
Como autor tiene una vasta obra tanto en poesía como en ensayo, de sus muchos títulos uno de los últimos es “La nueva ignorancia y Sentido y Riesgo. Dos miradas”. En el cual desentraña la posición de ignorancia frente a las nuevas tecnologías y la doble vertiente de la vida cotidiana ya que no podemos vivir sin previsibilidad ni con la ausencia de ella.
Ha escrito además libros para niños y junto a Marcelo Moguilevsky (piano, saxo y percusión) y César Lerner (flauta y acordeón) realiza espectáculos en los cuales recita a poetas de su preferencia (ya lo hicieron con Pessoa, Cortázar y Borges) con la musicalización de los artistas nombrados.

Omi Fernández


Del libro Ruinas de lo Diáfano (Nuevo Hacer – Grupo Editor Latinoamericano – Buenos Aires, 2009, 57 págs.) compartimos dos poemas: Encuentro y Precisiones.

ENCUENTRO

Me encanta,
de vez en cuando,
estar a solas conmigo.
Los fantasmas
pueden ser
una grata compañía.

PRECISIONES

Me gustan las puertas que gimen,
los goznes quejumbrosos,
las tablas del piso que ceden y crujen,
esas letras de hierro devoradas por la herrumbre,
el moho y su verdor, la ruina de lo diáfano.

Nada está a salvo de la vida.
Porque es vida
lo que cava, quiebra y oscurece;
vida la humedad,
los hongos que florecen
en los altos ángulos pasivos;
vida lo que roe, vida lo que hiere,
vida ese aliento ciego y sucio
que se filtra en la madera y la deshace,
en tu piel y la seca,
en el pétalo y la agota.

lunes, 3 de septiembre de 2012

"Más allá del silencio, Bergman regresa"


Bajo el título “Más allá del silencio, Bergman regresa”, dio comienzo un ciclo de cine gratuito con el apoyo de la Embajada de Suecia, organizado por la Dirección General del Libro, Bibliotecas y Promoción de la Lectura de la ciudad de Buenos Aires.
Al Inicio, Diego De Angelis que pertenece a la Dirección del Libro, brinda una somera explicación sobre el cineasta y su obra, luego de la proyección, coordina un debate entre todos los asistentes.
Este ciclo se inició en las bibliotecas Baldomero Fernández Moreno (Concepción Arenal 4206) Chacarita y Ricardo Güiraldes (Talcahuano 1261) Barrio Norte, con títulos como “Un verano con Mónica” , 1953; “El séptimo Sello”, 1956; “La hora del Lobo”, 1968; “Persona”, 1966 y este último sábado 1º de setiembre “Vergüenza”, 1968, todas ellas de Bergman.
Para todos los agoreros que creen que al público hay que darle productos chabacanos esto es un ejemplo de lo contrario, al punto de que para poder sentarse y ver cómodamente el film es preciso ir temprano, porque la biblioteca se llena de gente que o nunca vio películas de Bergman o las vió hace más de 30 años y no las pudo volver a ver.
Desde hace muchos años la prensa se ocupó de encasillar a Ingmar Bergman en cine para intelectuales creando una barrera, por supuesto que no se rompen autos carísimos, nada explota por fuera ni hay ni persecuciones, ni efectos especiales pero sí hay un cine de altísima calidad que nos deja llenos de interrogantes no porque no podamos entender lo que ocurre, sino porque Bergman es un buceador del alma humana, sus dudas, sus conflictos, sus angustias metafísicas, su religiosidad, en fin, todo aquello que nos pasa a los seres humanos y que elaboramos con mayor o menor intensidad según cual sea nuestra personalidad y nuestro entorno.
A Bergman le han colgado el sambenito de que sus películas son incomprensibles, que son sólo para unos pocos iniciados y mucha gente no se atreve a verlas por no sentirse disminuido. Pues bien, eso es falso, salvo una pocas y no precisamente las mejores, resultan difíciles, ninguna de las otras.
VERGÜENZA es una película que nos cuenta cómo se ven afectadas las personas cuando se enfrentan con la guerra. Eve y Jan Rosenberg son un matrimonio de músicos que se instalan en una isla a tratar de sobrevivir ya que la guerra hizo que se cerrara la Orquesta Filarmónica en la que trabajaban.
Jan no soporta los horrores, las injusticias, el tener que cargar cajones de arándanos, sufre por ver como se le deterioran sus manos con estas actividades y no esconde la depresión que esta situación le produce.
Eve, en cambio, es una mujer que se adapta a las circunstancias, no piensa ni en sus manos ni en cómo volverá a tocar el violín, trata de sobrevivir y se la ve como a la más fuerte de la pareja.
Bergman no nos habla de una guerra en particular, con inteligencia menciona la antigüedad de un vino que le convida un anticuario en su negocio, 1959, con lo cual descarta cualquier alusión a la 2da. Guerra Mundial (en la que, por otra parte, Suecia se mantuvo neutral). No se sabe cuál es el color político de cada bando, ni a que país pertenecen, es la guerra. Es la mentira, la prepotencia, la crueldad, la humillación, el abuso de poder, el miedo.
Uno de los grupos enfrentados los filman en un reportaje realizado a punta de pistola, en el que modifican lo que ellos dicen y, que al ser pasado por las emisoras suecas hace que el otro bando los considere traidores.
Son maltratados por los dos bandos, su casa y pertenencias son quemadas, la falta de alimento, la sed y todo lo que deben vivir, los modifica al punto de cambiar completamente los roles. El se vuelve un ser frío y calculador que piensa en sobrevivir, sin importarle lo que deba hacer para lograrlo. Ella no puede aceptar la transformación de su marido y es quien se detiene a llorar sobrepasada por el absurdo y la gratuidad de la guerra.
Al final de la película, exhaustos, hambreados y con el aspecto de animales apaleados, aparece un texto en el que se habla de la “vergüenza”, de esa vergüenza que surge de actos que cometemos, actos muchas veces inconfesables que se inscriben en situaciones extremas. Porque: ¿Quien no alberga en su interior algún acto, por mínimo que sea, que le produce vergüenza?
Excelente la iniciativa que continuará con otros títulos de Bergman para luego proyectar una serie de films de realizadores dinamarqueses de la actualidad.

por Omi Fernández
www.omifernandez.com.ar

jueves, 30 de agosto de 2012

Relecturas: Jean Paul Sartre

"La Suerte Está Echada"

En 1950 se publicó por primera vez“La suerte está echada” una nouvelle con mucho diálogo pensada para ser actuada. Dos personas, Eve y Pierre, son asesinadas y se encuentran más allá de la vida, paseándose por las mismas calles por las que caminaban habitualmente. Él es un militante de izquierda que planifica y conduce una insurrección contra el Regente del lugar. Eve, en cambio, es de la alta sociedad, vive en una zona exclusiva para los poderosos y es nada más ni nada menos que la esposa del Secretario de la Milicia.
Ellos ven a los muertos y a los “vivos” pero éstos no pueden verlos. En la extrañeza de esa incorporeidad se enamoran. Se dan cuenta de que habían vivido apocas cuadras uno de otra, sin conocerse. Y relacionándose con un viejo-muerto que les sirve de guía se enteran de que a veces, hay errores y pueden ampararse en un artículo del reglamento y pedir ser devueltos al momento en que murieron. Si vuelven a la vida, tienen un plazo de 24 hs. para demostrar que nacieron el uno para el otro y que el amor que sienten es tan poderoso que supera cualquier circunstancia de las que los rodeaban antes de morir. La confianza entre ellos debe ser absoluta.
El hecho es que en su condición de muertos que advierten quienes fueron los que los asesinaron.
Así Eve se entera que su propio esposo la envenenó para seducir a una hermana menor y quedarse con la fortuna de ambas.
Y Pierre, que el disparo que lo mató fue hecho por un traidor del grupo de revolucionarios que está en connivencia con el Regente y que morirán todos los obreros de la organización que dirigía Pierre, en una emboscada.
De lo que decida cada uno de ellos,dependerá su posible continuidad en la vida o su regreso al otro mundo. ¿Podrá Eve convencer a su hermanita del manejo perverso de su esposo antes de que venza el plazo? Y Pierre ¿Será capaz de alertar a sus compañeros de militancia de que van a ser masacrados por la traición de uno de ellos?
Una joyita literaria que se lee de un tirón, que nos ayuda a entender las ideas filosóficas de Sartre y confirma su plena vigencia.

lunes, 27 de agosto de 2012

Profundidades de Henning Mankell



Henning Mankell, famoso por la serie protagonizada por el detective Kurt Wallander, es un escritor prolífico y también, un hombre de teatro.
Su novela “Profundidades” editada por Tusquest, se ubica en 1914, durante La Primera Guerra Mundial y finaliza ya iniciada la Segunda.
El personaje principal es Lars Sobiesson-Svartman, así es nombrado y repetido una y otra vez a lo largo de todas la páginas, de profesión hidrógrafo, su especialidad es la medición de aguas profundas y tiene como instrumento fundamental para su trabajo una plomada con la que duerme como si fuera un osito panda. Esta anécdota disfraza a un ser frío y especulador que no se relaciona con la gente que tiene cerca -esposa, amigos, etc- no conoce de proximidades sino de distancias, considera a las personas como puntos de referencia, mojones.
La trama se arma a partir de Lars-Sobiesson-Svartman, hombre casado pero solitario, que trabaja para la armada sueca y es enviado a tomar medidas en el mar. Ejerciendo su trabajo llega a una isla en la que vive una mujer sola, se siente fuertemente atraído desde que la conoce, al punto de decidir volver de cualquier forma para poder estar con ella.
En la primera mitad del libro, Mankell se detiene con una lentitud innecesaria en la descripción del personaje y de su entorno pero luego va desenrollando a un ser despiadado, un psicópata que mata sin darle ningún valor a la vida humana y carente de cualquier sentimiento de culpa ni remordimientos.
Es una novela asfixiante, con un clima bien creado y un personaje que nos mantiene estupefactos hasta la última página.

Volvamos al cine Barrial

El éxito del film “Cinema Paradiso” de Giuseppe Tornatore, fue masivo, no hubo persona que no la elogiara y aunque ya pasaron muchos años de su estreno (1988) y de ganara el premio Oscar a la mejor película extranjera en 1989, el público la sigue recordando con indudable ternura.
Resulta extraño, entonces, que esa adhesión no se trasladara a los cines de barrio que fueron desapareciendo paulatinamente, y sus edificios comprados por grupos religiosos.
En los años ’40 y ’50 los cines del centro de la ciudad proyectaban los estrenos que luego pasaban como película principal a los cines de barrio, en los cuales se daban dos y tres filmes en forma continuada.
En el año 1953 se sanciona la Ley del Número Vivo, que obligaba a los responsables a presentar en los intervalos skectchs de varietés, ya fueran cantantes y/o ejecutantes de tango, jazz y folklore, malabaristas, cómicos, etc. Esto benefició mucho a los artistas que recién empezaban y a los que, aún veteranos, no tenían trabajo.
Acudir a los cines del barrio, implicaba mucho más que ver cine, era una actividad social que permitía una interrelación con vecinos que habitaban a varias cuadras de distancia y surgían amistades que se generaban en el hall del mismo. Fue el antecedente de las actuales redes sociales de Internet.
El primer cine de nuestro barrio fue el “Unión”, estaba en la Av. Ushuaia 3551(hoy Jorge Newbery) y funcionó a partir de 1912.
En 1917, en la Av. Jorge Newbery 3457 se inicia el cinematógrafo "El Ideal", que cierra años más tarde y a pocos metros se abre el "Libertad" (Jorge Newbery 3549), y en la Av. Federico Lacroze 3860, "Los Andes"(1922). El “Giribone” entre Dorrego y Concepción Arenal, el cine y café Argos en Federico Lacroze 3455 y el cine Álvarez Thomas en la avenida del mismo nombre número 841. También existió el Teatro Los Andes Leiva 4249 (hoy desaparecido)
En 1929- se inaugura el Cine Teatro Regio Av. Córdoba 6056 -aún vigente- cuyos habitués eran gente “paqueta” en contraposición con el “Rialto” también de la calle Córdoba antes de llegar al puente de Juan B. Justo, que era al que concurrían los vecinos de menores recursos económicos.
«Las familias» en Cabildo 800, esquina Federico Lacroze que años más tarde se convierte en el Fantasy y proyectaban películas para niños.
El más importante fue el Cine Teatro Argos en Federico Lacroze 3457, entre Delgado y Alvarez Thomas. Inaugurado el 25 de mayo de 1928, fue un cine de primera línea y hoy se ha convertido en una sala bailable.
El especialista en cine Salvador Sanmaritano, nacido en Colegiales contó en un reportaje que le hiciera Mariane Pécora y publicado por Periódico VAS Buenos Aires: “Éramos un grupo de melómanos de Colegiales, que nos iniciamos viendo películas en el cine del barrio. Un día, allá por 1953, se nos ocurrió hacer una proyección de cine por nuestra cuenta. Para convocar a los espectadores, hicimos un volante en el que escribimos: “un núcleo de jóvenes admiradores del cine…” Recuerdo que la tipografía de “núcleo” era más grande; como hasta entonces no teníamos ningún nombre, a partir de ese momento comenzamos a denominarnos Agrupación Cultural Núcleo.”
Con estos antecedentes, es incomprensible que la gente no se uniera para defender el cine Argos (el último que se mantuvo en pie), como sí hicieron los vecinos de Villa Urquiza para recuperar el teatro 25 de Mayo, que lo salvaron por una decisión solidaria y mancomunada.
Esta actitud, esta pueblada, es un ejemplo a seguir, porque sin lugar a dudas la desaparición de los cines de barrio se produjo por la inasistencia del público, que prefería ir a los cines de Corrientes y Lavalle, pero eso contribuyó a la despersonalización de la sociedad, coincidió con la época del “no te metás”, y visto a la distancia, resulta claro que no dio resultados favorables.
En este momento, las políticas del gobierno nacional así como del gobierno de la ciudad, respondieron a una necesidad de la gente, volver a las fuentes, conectarse en el seno familiar primero, en el barrial después y finalmente, con la sociedad en su conjunto. Nuestro país vivió muchos ires y venires entre gobiernos democráticos y de “facto”, esta ambivalencia no contribuyó a la unificación cultural, pero ahora, después del año 1983, logró estabilizarse, y como consecuencia surgen otras necesidades.
Si bien los multicines responden a corporaciones, e intereses puramente económicos, no obstante que se ubiquen en distintos barrios de capital, estrecha los vínculos vecinales y nos encontramos con que en Belgrano, Caballito, Villa del Parque, Saavedra, etc. los complejos de varias salas de proyección tienen el apoyo del público local.
Por otra parte, se están creando grupos que fomentan la actividad cultural y es menester nombrar que desde hace muy poco tiempo empezó a funcionar en el barrio de Chacarita, en el Espacio Cultural Carlos Gardel, un microcine y auditorio llamado Mona Maris (en homenaje a la actriz que trabajó con Gardel en “Cuesta Abajo”, ubicado en Olleros 3640. Es de entrada libre y gratuita y se preparan ciclos temáticos muy interesantes como el misticismo, luego la infancia, y así seguirán los diferentes temas. Para asistir hay que dirigirse a la dirección mencionada y retirar el ticket una hora antes de la función.
Este emprendimiento nos honra, del mismo modo que el Museo del Acordeón de Anconetani, el Museo fotográfico SIMIK de Federico Lacroze y Fraga, el centro cultural La Nube especializado en la infancia, y las pintadas en los muros de las calles, que embellecen las paredes y le dan personalidad.
Estas actividades realzan el barrio. Por eso, sería excelente adherir a las mismas, apoyarlas con nuestra concurrencia y difundirlas para beneficio del barrio en su conjunto.

Omi Fernández

Comentario del Libro "Lo que deja la marea"

LO QUE DEJA LA MAREA de Marta Rosa Mutti (Dunken - 2012) es una novela coral. Una multiplicidad de voces, a la manera de un canon, van revelando una historia llena de ocultamientos, verdades a medias, conflictos sin resolver.

El leit motiv es la búsqueda de la identidad, una condición que se desvanece en los inmigrantes que llegan a un país extraño -en este caso desde Italia- y se encuentran con que todo es diferente, los hábitos, las costumbres y hasta el idioma.

En 132 páginas accedemos a una saga de cuatro generaciones (desde Dante hasta el padre de Lucía) y esta síntesis es patrimonio de los poetas. Marta Rosa Mutti es poeta y se respira en todo el texto. Al leerla recordé una saga maravillosa que fue Al Este del Paraíso de John Steinbeck (la novela no la película que es solo una parte de la historia). Las sagas tienen la particularidad de mostrarnos y de que entendamos más claramente los problemas humanos, que en general son lo que nos heredan los padres y abuelos y los que les heredamos a nuestros hijos, nietos... y la lista seguirá pero no la veremos por cuestiones de reloj biológico.

Dante es el cuello de botella de sus ascendientes. En él recae todo el peso de quienes no hablaron, empezando por su hermano y su madre que ante la desaparición del padre, quien “se esfumó con la violencia que determina el silencio de no decir una sola palabra”, deciden actuar como “si aquí no ha pasado nada” y él siendo un niño de cinco años, resulta el emergente de una situación familiar incomprensible y enmudece, sólo por unos pocos meses, los suficientes para que entable un diálogo consigo mismo y reconozca que “Sí, ahí nacieron las voces porque había que hablar para adentro.” Esas voces internas son quienes lo llevarán a inmiscuirse en el pasado “No sé si las voces vinieron o si yo las hice aparecer. Quiero pensar que me buscaron”. Dante crece como un chico taciturno, reflexivo y un tanto melancólico, buscando la razón por la cual su padre desapareció.

Su hermano mayor, Mariano, es un personaje muy bien delineado, un negador que hace causa comun con la madre, sin rebelarse, ni siquiera con preguntas. Se enfrasca en el trabajo y consigue recuperar las tierras del abuelo pero está tan inhabilitado para la entrega como Dante. Porque los dos hermanos viven con una culpa no dicha y cada uno la tapa como puede.

Son las voces de Dante las que lo llevarán a visitar a las hermanas de su abuela, y con los relatos que va reuniendo accede a los hechos ocurridos comprobando que nada es lo que parecía.

Su búsqueda revela a un abuelo amoroso e inteligente que se dedica a su hijo (Marcos) con dedicación y ternura, a una abuela egoista (Lucía), incapaz de amar y de esa unión nace su progenitor, que fue arrancado de la niñez de cuajo al ser testigo del asesinato a quemarropa de su propio padre.

Los conflictos sin resolución se suceden de generación en generación, sin que “nadie se atreva a dar la cara y acabar con ellos o resolverlos con apenas darle el lugar que reclaman”.

Las especulaciones de las víctimas del silencio, son como los fantasmas que los chicos agigantan en las sombras de la noche. Se vuelven terroríficos y en la mayoría de los casos, muchos peores de lo que en realidad son. Del mismo modo, muchos adultos necesitan dormir con las luces encendidas para ahuyentar a los monstruos. Y la esperanza es la que prima porque “si la marea se va pero luego, da la oportunidad de la vuelta, se podía esperar”.

Desde el punto de vista formal, la novela está construida con retazos de voces sin continuidad cronológica que el lector debe armar como un juego de ingenio. Es para lectores atentos, avezados, que disfrutan con la reconstrucción de la trama, no es para cómodos.

Además, aparecen relaciones de personajes secundarios que aunque están ligados a la trama, crean la sensación de germen para otra novela, tal es el caso de la íntima conexión entre Denise y Paulina, que nos crea la inquietud de saber qué razones no mostradas origina ese “disfraz de amistad”.

Todo el texto es una búsqueda de la propia identidad, inserta en nuestro pasado y en sus antecesores, y un encontrar el camino a recorrer para darnos permiso para entregarnos al amor, ese amor que “es demasiado complejo, es una proporción entre lo que traemos y lo que somos capaces de dar.”

Omi Fernández


Badía , te preguntaste ¿Que será de mí cuando tenga sesenta y cuatro?

Desde la niñez, amaste la radio, y en 1970 obtuviste tu título en el ISER (Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica). Tu padre, Juan Ramón Badía fue un locutor prestigioso y un maestro de locutores, no es casual que tanto vos como tu hermana Marisa abrazaran el mundo de la radio y la televisión, y se mantuvieran en el ambiente por muchos años.

Debutaste en Radio Antártida pero tu primera radio en serio fue Radio Rivadavia, a la cual siguieron Radio Del Plata y Radio El Mundo, y hasta un programa desde la costa durante diez temporadas de verano.

Tus ciclos musicales hicieron escuela. Todos sabemos de tu pasión por el rock, y específicamente de tu manía por The Beatles que comenzó en 1963, de cómo lograste entrevistar a Paul McCartney y George Harrison, cumpliendo con estas entrevistas el sueño del pibe, porque como vos mismo dijiste:” los Beatles nunca fueron un hobby sino parte de mi vida”. Pero no te quedaste en difundir a los consagrados, desde la radio primero y desde la televisión después, le diste cabida a los grupos del rock nacional hoy famosos y que, en ese momento, eran prácticamente desconocidos: Charly García, Lebbón, Almendra, Serú Girán, Alberto Spinetta, etc.

Una vez contaste que a los 20 años, le dijiste a tu padre que no te interesaba el tango, y él te contestó: “No importa, el tango te va a esperar”, me acordé de esto cuando en el 2005 vi por televisión el programa “Badía en concierto” en el que cantaron el Negro Juarez y María Graña. Estos recuerdos se me agolparon, como también todas las veces que hablaste de tu padre, del riquísimo vínculo que habían construido. Y al recibir la noticia de tu muerte, escuchar los comentarios de los que te conocieron y te despidieron, pensé que tener como trampolín para la vida, una familia cariñosa que te da alas, que te incita al vuelo, es empezar con una buena base, es tener resuelta una parte muy importante del camino.

Algunas de las bandas de rock nacional que cantaron y tocaron en tu programa “Badía y Cía”, por los años '80 fueron: Soda Stereo, Virus, Charly García y Los abuelos de la nada, entre otros muchos.

Recibiste dos Premios Martín Fierro por “Una buena Idea” a Mejor Programa y Mejor Animación en los años 1992-1993; también en el 95 recibiste otros dos en las mismas categorías por “Imagen de Radio” ; en 1996-97 Mejor animación por “Badía y Cía.”; en 2007 “Badía en Concierto” por la TV Pública y finalmente, este año por quinta vez, recibiste el Martín Fierro, en este caso por tu trayectoria.

Asimismo, recibiste dos veces el Premio de la Fundación Konex en los años 1995 como Jurado Música Popular y en 2001 como conductor.

Los memoriosos de siempre y fans de The Beatles, al conocerse tu muerte a los sesenta y cuatro años, recordamos el tema de John Lennon y Paul McCartney “When I'm Sixty Four - Cuando yo tenga Sesenta y Cuatro”, quizá hace cuarenta años atrás, te hayas preguntado: ¿Que será de mí cuando tenga sesenta y cuatro años? O le hayas dicho a alguna novia los primeros versos de este tema, (Cuando sea viejo y pierda el pelo ¿Me seguirás alimentando, me extrañarás, me necesitarás todavía cuando yo tengo sesenta y cuatro años?

Me pregunto: ¿Cuántas veces habrás escuchado este tema, siendo como eras y siempre fuiste un fans de The Beatles?

La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires te entregó una placa en la que te distinguió como “Personalidad Destacada de la Cultura”, al recibirla con la sencillez que te caracterizó siempre, dijiste: “Yo soy un personaje de la cultura porque me tocó. Yo pasaba por ahí, vi la puerta y entré” una broma que te pinta como un ser que pese al éxito y la popularidad no se cree mejor que los demás, tiene clara conciencia de que a veces -para bien o para mal- somos juguetes de la realidad, en tu caso para bien.

La muerte trae consigo una manta, muy grande y muy piadosa, que suavemente se deposita y perdona, en general la gente honra elogiando y borra los aspectos irritantes o azarosos del fallecido, pero en tu caso, sembraste tanta buena onda, que en el Martín Fierro tus pares se pusieron de pie para aplaudirte. Y yo siento que fue muy bueno que en este año reconocieran tus valores y tu trabajo desde La Legislatura Porteña y desde APTRA (Asociación de Periodistas de la Televisión y Radiofonía Argentinas). Este último, validando tu trayectoria, y como vos dijiste: “la trayectoria no es de un día a otro, es remar muchas veces contra la corriente”. Fueron cuarenta y dos años como profesional y trayectoria significa no haber bajado los brazos, haber buscado nuevas formas de comunicación, mezclando formas viejas y nuevas. Tratando de realizar un aporte a este medio tan inficionado de plagio y en el cual la creatividad muchas veces está ausente. Es haber considerado el rating como un tópico más a tener en cuenta dentro de los muchos aspectos que un programa requiere. Es también decirle que no a la chatura y sí al esfuerzo, a extremar los cuidados para el logro de un producto novedoso y de calidad.

No te hizo falta saltar, ni vestirte con colores chillones, no fue necesario que mostraras tus tatuajes (suponiendo que los tuvieras), no dijiste malas palabras para captar a un público masivo, fuiste vos tal y como te gustaba ser y nadie te criticó nunca el hablar pausado, el realizar entrevistas con un estilo cuidado y sin burlarte del invitado.

Tu ultimo proyecto para Canal 360 fue una serie de entrevistas que se inició con el reportaje a Charly García, y el resto de lo planificado quedó suspendido por una neumonía que sumada al cáncer de mediastino con el que venías peleando, te hospitalizó.

La política partidaria no fue tu sino y eso contribuyó a una ausencia total de enemigos que según tus palabras (al recibir el último Martín Fierro), veo a muchos amigos intimos y no veo enemigos, porque hice mi camino sin buscarlos.

Juan Alberto Badía tenía 64 años, había nacido en Ramós Mejía, Provincia de Buenos Aires, un 29 de noviembre de 1947.


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