domingo, 23 de junio de 2013

LUIS PERLOTTI, un buceador del indigenismo





Esta es la imagen que los vecinos del barrio de Chacarita vieron el mes pasado, luego de que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires retirara el monumento al "Malón de la Paz" que se ha convertido en un símbolo para los pueblos originarios.

El rápido accionar de la organización Civil "Amigos del Parque Los Andes" junto a vecinos e integrantes de estos pueblos hizo que se la restituyera.




Hoy le festejamos el cumpleaños a este escultor, recordando su trayectoria con esta nota que escribí en el 2009 para la Revista Aquende.

El escultor argentino Luis Perlotti nació en Buenos Aires, el 23 de junio de 1890. Hijo de italianos llegados a este país a fines del siglo XIX, en una de las primeras oleadas de inmigrantes que con grandes expectativas pisaban nuestro suelo con los bolsillos vacíos y el brillo en los ojos de los que esperanzados buscan una vida mejor en otras tierras.
Su padre era zapatero y su madre modista, como la mayoría de sus coterráneos, se nuclearon alrededor de una de las instituciones que bregaron social y económicamente por ayudar a los que sin familia, ni amigos, migraban de su querida Italia. Fue así como el joven Perlotti hace sus primeros cursos orientados a la plástica en Unione e Benevolenza, Asociación Italiana de Mutualidad e Instrucción, creada en 1858 por inmigrantes italianos (y que aún hoy funciona).
A los nueve años muere su madre y se ve obligado a trabajar en diversos oficios, entre ellos una ebanistería donde aprenderá la técnica de la talla en madera. Es en este material que años más tarde realizará el busto del poeta jujeño Domingo Zerpa (año 1933).
Por su origen humilde, no es de extrañar la amistad que lo unió durante toda su vida a otro grande de la plástica como fue Benito Quinquela Martín (injustamente criticado por quienes detentaban el poder cultural de la época) que nos ha dejado una obra llena de vigor y colorido que testimonia la realidad que se vivía en el barrio de La Boca , que por esa época era puerto y cuna de inmigrantes.
De su amistad con Quinquela surge la realización de un busto en bronce que le valió el 3er. Premio del Salon Nacional y que hoy se encuentra en el Museo Perlotti.
Ambos artistas plasmaron en su obra a los desposeídos. Conventillos y marineros en el caso de Quinquela, la vida de los indios americanos en el de Perlotti.
Era también asiduo concurrente a las peñas del Café Tortoni, donde artistas de diversas disciplinas se reunían para intercambiar ideas sobre el arte.
Entre sus amigos, fueron Ricardo Rojas, Eduardo Holmberg y, especialmente, el Perito Moreno, quienes lo introdujeron en los temas indigenistas, por los cuales Perlotti se apasionó, viajando al interior y a países límítrofes como Bolivia y Perú.
Tomó fotografías de los indios aymará, guaraníes, quilmes y onas, buceando en rostros con los cuales afirmó su temática sustentada en una ideología no copiada ni producto de conveniencias sino que había adoptado como propia.
Es sorprendente que en una época en que los argentinos tenían puesta la mirada en Europa, éste plástico se interiorizara por el indigenismo y dedicara gran parte de su obra a mostrar el resultado de su búsqueda sobre las costumbres y adversidades que sufrió el nativo en este continente, en especial en los pueblos sudamericanos, cuyos indígenas fueron diezmados sin piedad, a diferencia de otros culturas nativas como los mayas, incas y aztecas, cuyo legado culural se mantiene.
Entre sus obras más importantes se pueden mencionar el monumento a los Galeses, realizado en las Cuevas, Puerto Madryn, que testimonia la migración de ese pueblo al sur patagónico.
En la playa marplatense, La Perla , talló en piedra el monumento a su amiga Alfonsina Storni, con los versos del poema “Dolor”. Fuerza y sugerencia caracterizan a la figura esculpida. Un homenaje que nos revive el suicidio de la poetiza sanjuanina, concebida por el artista, de cara al horizonte y como desprendiéndose del bloque de materia para internarse en el mar.
En el cementerio de la Chacarita o Cementerio del Oeste se encuentra en la galería 12, un monumento en piedra “ La Piedad ”, realizada por el artista en conmemoración de La Piedad de Miguel Angel, pero en este caso no es la virgen María quien sostiene a Jesús en su falda, sino la propia madre del escultor quien tiene en su regazo a su hijo muerto tempranamente. La belleza de esta obra mitiga uno de los peores sufrimientos experimentados por una madre. Invertir el orden natural, siendo testigo de la muerte de su propio hijo.
En la galería 13 (Corredor), se erige en el centro de un círculo rodeado de rosales, una mujer con una rodilla apoyada en el suelo y una rosa en su mano, como si estuviera brindando sus respetos en una tumba, cabizbaja, expresa infinita tristeza.
También en la galería 13, nos es dable apreciar dos altorrelieves de grupos escultóricos en uno de ellos despidiendo a un deudo y en el otro consolando a una mujer.
En el Parque Los Andes, corazón del barrio de Chacarita, ubicado sobre la calle Corrientes entre Jorge Newbery y Maure, Perlotti nos legó un monumento al indio “Los Andes”, hoy llamado Monumento al Malón de la Paz que describe (de derecha a izquierda) a las razas Calchaquí, Tehuelche y Ona.
La Organización de Comunidades de Pueblos Originarios (ORCOPO) da cuenta de la representtividad de esta obra, ya que todos los años cada 19 de abril, se dan cita al pie del mismo, realizando un “ tinkunakuna” , encuentro de todas las agrupaciones indigenistas, quienes con vestimenta e instrumentos musicales típicos, celebran el día del indio americano.
Trabajó con alto dominio de la técnica el bronce, mármol y madera, de éste material, el quebracho y el palo santo.
En 1969, meses ante de morir, dona su casa de la calle Pujol 644, en el barrio de Caballito, al gobierno de la ciudad para ser utilizada como museo escultórico. Contiene más de 900 obras del escultor y otras de artistas amigos entre los cuales se cuenta a Miguel Carlos Victorica y a Benito Quinquela Martín (de éste último hay un bronce hecho por Perlotti y dos murales que Quinquela le regalara), también se pueden ver obras donadas por otros artistas.
El museo estuvo cerrado varios años y en diciembre del año 2008, reabrió sus puertas con un proyecto de remodelación del arquitecto Mario Roberto Alvarez, quien replanteó la casa de dos plantas en un espacio pensado para museo.
Además de las visitas guiadas, se dictan clases y talleres para alumnos de escuela.
Luis Perlotti nos legó una importante obra tanto en pintura como en escultura, incursionando en la talla en madera, en piedra, en mármol, el modelado y el bronce, murió en 1969 en un accidente automovilístico en Punta del Este, República del Uruguay.
 
Revista Aquende Mayo 2009

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