La
muerte de Roberto Gómez Bolaños, no es fácil de aceptar por la mayoría de
nosotros ha visto con sus padres y luego con sus hijos los capítulos de esa
gran comedia humana que es “El Chavo del 8”, por mencionar el personaje más
exitoso de todos los que ha creado este escritor, guionista, compositor, actor
y productor de programas para televisión cine y teatro.
Sabemos
que ya había cumplido 85 años, como también que sus creaciones dejan ver a las
claras que siempre mantuvo su alma de niño.
Casado
en primeras nupcias con Graciela Fernández, de esta unión nacieron seis hijos, muchos de los cuales, aún niños,
aportaron con sus ademanes, actitudes y comportamientos las características que
luego adquirirían los personajes de su padre.
Lo
apodaron “Chespirito” porque el director de cine Agustín Delgado con quien trabajó en varios guiones dijo que
por su escritura era como Chekspir (fonética de Shakespeare) pero por su altura
era pequeño, por lo que quedó el pequeño Chekspir o Chespirito, que es como fue
llamado durante toda su carrera.
Al
crear al personaje del Dr. Chapatín y adjudicarle la repetición de la palabra
“chanfle” no reparó en la coincidencia, pero luego de que un periodista se lo
hiciera notar, a todas sus criaturas les dio nombres que empezaban con “Ch”,
así fue el Chavo, Chapulín Colorado, el Chómpiras, Chaparrón Bonaparte, el Chanfle, etc.
De
todos sus personajes los que más impactaron en la memoria de la gente fueron el
Chapulín Colorado y el Chavo del 8. En el primer caso, se trataba de una
parodia a los superhéroes, y en su presentación se decía: “Más ágil que una tortuga… más fuerte que un ratón… más noble que una
lechuga… su escudo es un corazón… es ¡El Chapulín colorado!”. Esta
definición no deja ninguna duda sobre los poderes (supuestos) que tenía así
como de los seguidores (que creía tener) pero resultaba un superhéroe para los niños
que se identificaban con sus buenas intenciones y sus debilidades, aparecía
cuando las personas en una situación que no podían resolver decían: “Y ahora…
quién podrá defenderme?” estas palabras tenían
un contenido mágico y lo activaban, entonces aparecía con la respuesta: “Yo, el
Chapulín Colorado”.
Sus
frases se han incorporado al habla popular no solo de México sino también de
otros países de Latinoamérica, como por ejemplo: “síganme los buenos”, “no contaban con mi astucia”, etc.
El
otro personaje entrañable que creó es el Chavo del 8, que surgió en el año 1971
como un sketch de programa humorístico, y aunque en ese momento Chespirito no
pensaba actuarlo las circunstancias lo llevaron a que lo hiciera, logrando un
éxito tal que al poco tiempo el Chavo tenía su propio programa. Sus características
principales son la ingenuidad y el optimismo que le permite tener fe en la
gente pese a no poseer nada. Es un huérfano que sueña con tortas de jamón y
queso y muchas veces tiene que robarle comida a los otros niños porque el
hambre le aprieta el estómago. Pero a pesar de esta situación de indigencia,
carece de resentimientos y desconoce la envidia.
Su
permanencia en pantalla se mantuvo por muchos años, hasta que su autor decidió
dejar de escribir más historias de este niño con mucho amor a la vida y fe en las personas pero el personaje ya había
penetrado en el corazón de la gente, como las grandes creaciones que son
síntesis de tipologías emocionales y humanas logró captar la atención de su
generación y de las nuevas generaciones.
Chespirito
creó un personaje tan cálido y tierno como el que su ídolo Charles Chaplin había
creado con su “Carlitos”, y lo homenajeaba a menudo haciendo la imitación en sus programas, toda vez que podía.
Uno
de los capítulos difíciles de olvidar es “Don Ramón atropellado” en el que el Chavo jugando con Quico se mancha con
kétchup y le hacen creer a Doña Clotilde que está muerto. Todos muy compungidos
se ubican en fila india aportando sus ahorros en una gorra que Don Ramón va
pasando, mientras lloran y pronuncian palabras de condolencia por el pobre
Chavo del 8, con el fin de hacerle un funeral. La escena lo conmueve a él mismo
hasta tal punto que el mismo Chavo se conduele y sale de su lugar secreto (el
barril de vino ubicado en el patio) a poner
veinte centavos que “Ron Damón” agradece pero casi inmediatamente registra que
es el Chavo y lo empieza a perseguir. Al mismo tiempo los demás también se
sienten estafados, especialmente Doña Florinda que la toma con Don Ramón, quien
huyendo de los golpes, sale corriendo y es atropellado en la calle. El capítulo
termina con el Chavo y Quico sosteniendo una historieta para que la lea Don
Ramón que está vendado por todos lados.
Los
actores que iniciaron la serie televisiva siguieron interpretando a sus
personajes hasta el final excepción hecha de tres de ellos. Angelines Fernández
que interpretó Doña Clotilde porque falleció en 1994. Luego Carlos Villagrán
(Quico) y María Antonieta de las Nieves (Chilindrina)
quienes quisieron actuar los personajes en programas televisivos separados de
Gomez Bolaños, éste se negó aduciendo que él los había creado y tenía todos los
derechos de autor, los conflictos llegaron a los tribunales donde Villagrán
perdió y no pudo interpretarlo y de las
Nieves ganó a medias y a partir de ese momento compartió los derechos con
Chespirito.
Florinda
Meza, actriz que dio vida a Doña Florinda (el ama de casa siempre con ruleros y
delantal) fue el amor de Gómez Bolaños, vivieron juntos por 30 años y
contrajeron matrimonio recién en el año 2004. Trabajaron siempre juntos y no
tuvieron hijos propios y vivieron los últimos años en Cancún, México.
Publicado en Revista Aquende Diciembre 2014