martes, 7 de octubre de 2014

¡Feliz cumpleaños, Mafalda!

Joaquín Salvador Lavado Tejón, más conocido como Quino, nació en Guaymallén, Mendoza un 17 de julio de 1932.
Este humorista gráfico fue apodado Quino para distinguirlo de su tío Joaquín, también dibujante, que es quien enciende en él la chispa de expresarse a través de la pluma, publica sus primeras tiras cómicas en las revistas: Leoplán, TV Guía, Vea y Lea, Damas y Damitas, Panorama, Adán, Atlántida, etc. Pero es en 1964, cuando su historieta Mafalda, logra un éxito que traspasa las fronteras de nuestro país y se traduce a 15 idiomas diferentes, distribuyéndose en todo el mundo, incluido el continente asiático. Y es que, las situaciones que se plantean reflejan no sólo las costumbres de un pueblo sino la naturaleza de los seres humanos en la convivencia con sus pares.
En la Argentina del '64, se escuchaban los radioteatros con historias costumbristas, la televisión era en blanco y negro, los adolescentes adoraban el Club del Clan con exponentes como Palito Ortega, Johnny Tedesco, Raúl Lavié, Néstor Fabián y Violeta Rivas. Hacían “asaltos” (bailes en las terrazas de las casas de barrio) con un atuendo que en la actualidad movería a risa: los varones con traje y corbata y las chicas con vestidos de fiesta, no se usaban zapatillas ni jeans excepto para las actividades deportivas, los Beetles no habían llegado al país y en la mayoría de los hogares porteños las mujeres eran amas de casa y los roles familiares se equilibraban en un esquema inamovible.
En este panorama Quino crea un personaje que le permite criticar los valores convencionales vigentes, expresar su ideología antibélica, mostrar la idiosincracia de la clase media, aderezando todo esto con una salsa de humanidad, compasión y tolerancia hacia las debilidades y flaquezas humanas y, también, relevando el valor de la amistad porque todos los niños integrantes de la tira, pese a sus diferencias, están siempre juntos y hay entre ellos mucho cariño.
Como sucede con las obras artísticas que se engarzan genuinamente en la cultura popular, Mafalda ha opacado el resto de su producción y pasó a ser la obra con la cual se identifica y define al creador.
Mafalda (1964-1973) surge durante el gobierno de Arturo Illia y, apenas un año y medio después, en junio del '66, se produce la llamada Revolución Argentina, gobierno de facto encabezado por Juan Carlos Onganía en representación del ejército argentino.
Quino tiene ante sí una realidad signada por la falta de libertades, prohibiciones culturales y censuras de todo tipo, que puede criticar desde esa nena intelectual, recordemos que él proviene de un hogar en el que sus abuelos, inmigrantes españoles, eran anti-franquistas y en el seno familiar escuchaba las conversaciones sobre regímenes totalitarios y derechos individuales cercenados.
Las observaciones de Mafalda son ácidas y muestran sin ambajes el sinsentido de las reacciones de los adultos, a quienes ve a veces con compasión y otras con cierto fastidio, está en contra de las guerras y es una entusiasta defensora de la liberación de la mujer, detesta la sopa.
Manolito, hijo del almacenero del barrio, tiene el pelo cortado como cepillo, es práctico, tiene una mente enfocada al comercio y a la adquisición de bienes, representa el sentimiento conservador.
Susanita, bonita, con el pelo rubio lleno de rulos tiene como mayor ambición ser esposa y madre, su preocupación focalizada a su mundo familiar la desconecta de situaciones ajenas a ella como guerras, hambrunas e injusticias. Es chismosa y agobiante, admiradora de la “gente bien”, pudiente y, también, discriminatoria y racista.
Felipe, es flaquito, es un romántico empedernido lleno de dudas, al que le gustan los Beetles y el ajedrez, es un intelectual que no se anima a actuar, está enamorado de Muriel, una niña que ni lo tiene en cuenta.
Libertad, el último personaje agregado a la historieta es la antagonista de Mafalda en temas políticos. Tiene el discurso típico de los izquierdistas de esa época, aboga por la conciencia social.
Esta historieta cumple 50 años y no es una casualidad, es un gran mural sobre los conflictos, alegrías, dudas y situaciones de toda índole que se presentan al vivir en sociedad. Cada lector de la tira, encuentra actitudes de personas que le son familiares, de amigos y de él o ella misma, reflejadas con maestría, sin altisonancias porque emergen de un artista que “no se la cree”, por supuesto que Quino sabe muy bien a qué altura ha llegado el éxito y el cariño de la gente con respecto a su obra, pero tal como aparece en las líneas de sus tiras, no lo describe como aquél que se siente superior, sino todo lo contrario, con la humildad de los grandes, que no necesitan el aplauso continuo para saber qué son y, aunque se sientan orgullosos ésto no los afecta en su relación con lo demás.
Desde el 2005 Mafalda tiene su plaza propia en las calles Concepción Arenal y Conde del barrio de Colegiales y, el 29 de setiembre, día en que se cumplieron los 50 años desde su primera publicación, en el barrio de San Telmo en el sitio que se la homenajeaba con una escultura, se agregaron las de otros dos personajes: Susanita y Manolito.
En Angoulême, Francia, capital mundial de la caricatura lugar en el que se reunen cada año desde hace 40, los historietistas de todo el mundo, Mafalda tiene un pasaje que lleva su nombre.
Este año distinguieron a Quino con la Orden Oficial de la Legión de Honor en Francia, la distinción más relevante que el gobierno de ese país otorga a los extranjeros.
En España, desde el año 1981 se otorga el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. En 1982 fue otorgado al argentino Mario Bunge físico, filósofo, epistemólogo y humanista y este año, el merecimiento fue acordado para Quino, así reza el acta: “...Quino alcanzó fama internacional con la creación del universo de Mafalda, una niña que percibe la complejidad del mundo desde la sencillez de los ojos infantiles. Mafalda, la principal protagonista del trabajo creativo de Quino, es inteligente, irónica, inconformista, contestataria y sensible. Sueña con un mundo más digno, justo y respetuoso con los derechos humanos. Al cumplirse el 50 aniversario del nacimiento de Mafalda, los lúcidos mensajes de Quino siguen vigentes por haber combinado con sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento.
La obra de Quino conlleva un enorme valor educativo y ha sido traducida a numerosos idiomas, lo que revela su dimensión universal. Sus personajes trascienden cualquier geografía, edad y condición social.”
Gracias Quino por todas las sonrisas que nos arrancas y seguiremos citando tus líneas porque son atemporales y tienen valor universal.

Publicado en Revista Aquende Octubre 2014



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