jueves, 10 de diciembre de 2015

Convivir con solidez y felicidad

El significado de negociar es “tratar un asunto para llegar a un acuerdo o solución”, esta fórmula tiene un carácter mágico porque el acuerdo o solución pasan a ser la parte más importante. Esto es muy diferente a la situación en la cual lo que nos interesa es imponer nuestro punto de vista y lo principal es ganar.

El acto de “ganar” está muy adentrado en el espíritu y los objetivos de cualquier deportista, tanto profesional como amateur, ellos conocen entrañablemente cual es la meta a conseguir: ganar, y también, que el resultado puede ser el contrario, o sea, perder. Es luz y sombra, no existe una sin la otra. Están indisolublemente unidas.

Los ejemplos en el campo del deporte son muchos y variados, hay quien utiliza los conocimientos que esta disciplina les enseña para armarse un porvenir (todos sabemos que la carrera de los deportistas finaliza muy temprano en sus vidas) y al retirarse lo hacen con el seguro que les proporciona ganarse la vida con un negocio comercial, o cualquier otra actividad que se han ido forjando para cuando llegue el momento del retiro.

Hay otros, que se marean con el triunfo, recordemos al boxeador José María Gatica, también conocido como el “mono Gatica” que en su momento de mayor gloria, encendía los habanos con un billete de alta valoración o, se paseaba por las calles de Buenos Aires en un auto descapotable y tiraba dinero a los transeúntes porque, según el recuerdo popular, decía que si él tenía dinero, todos los tenían. Este deportista, terminó viviendo del favor de la gente que lo recordaba. Si no se hubiera autoendiosado, si hubiera escuchado a los demás, quizá podría haberse retirado del boxeo con el respaldo de actividades que le permitieran vivir dignamente. Pero se sintió invencible y no fue previsor.

Si reparamos en los jugadores de fútbol, por ejemplo, el que hoy es el goleador de un equipo, pasado uno o dos años puede ser comprado por el equipo opuesto de modo que en todo momento debe evitar el insulto, el mal trato y las frases hirientes, ya que éstas van a permanecer en el alma de quien se ha sentido atacado y no podrán ser desdichas cuando las circunstancias lo obliguen a tratar con el supuesto enemigo.

Este último mes en Argentina hemos sido testigos de situaciones límites que deberían ser evitadas rescatando la unión entre ganadores y perdedores que llevó a Ricardo Balbín a decir la frase: “El que gana gobierna y el que pierde acompaña” y esto no significa estar a favor de uno u otro de los representantes de partidos políticos con disímil ideología, sino, simplemente, de convocar a la inclusión, respetando nuestras opiniones y respetando también a los que piensan distinto. No se trata de abandonar nuestras creencias sino de no entrar en el mundo de rencores y revanchismos, que tanto hemos visto en el mundo deportivo y que provoca actos de violencia de uno y otro bando que nos lleva a convertirnos a todos en perdedores.
Ni en el mundo de nuestros afectos, ni en el del deporte, ni en el de la política nos favorece la confrontación. Al contrario, nos perjudica porque nos quedamos varados en una situación que nos impide avanzar.
Las elecciones mostraron claramente que con poca diferencia de votos la mitad de los argentinos está a favor del gobierno de Cristina Kirchner y la otra mitad a favor del cambio propuesto desde Cambiemos por Mauricio Macri.
Casi partes iguales, significa que sin importar el resultado, todos tenemos en nuestras familias, nuestros trabajos y nuestros amigos, simpatizantes de uno y otro partido con los cuales convivimos y sería muy bueno que en esta etapa de augurios y deseos bondadosos, nos manejemos con respeto y reconciliación, porque en la mayoría de los casos es gente que piensa distinto pero que amamos o apreciamos o simplemente, estamos obligados a tratar porque las circunstancias nos obligan.

En el siglo XXI no debería aceptarse el hecho de no poder hablar con los que piensan diferente. El antagonismo fue llevado a límites de tal magnitud y con tanta intensidad que hay matrimonios con integrantes de uno y otro partido, que no pueden comentar entre ellos los hechos ocurridos durante el día sin que se desate una tormenta de insultos y pase de facturas.

Estamos viviendo en el mes de la navidad, una época en la cual todos nos hacemos regalos, nos deseamos mutuamente la sincera realización de nuestros proyectos para el año venidero; tiempo en el que cada uno de nosotros hace balance de lo que hicimos o no hicimos durante el año que termina y rehacemos la lista de objetivos para el año siguiente, sería fantástico que en esa lista cada uno de nosotros incluya una línea que nos recuerde la buena convivencia con los demás, la aceptación de opiniones diferentes, saber escuchar al otro más que todo el tiempo estar diciendo lo que nosotros pensamos, intentar comprender por qué piensa lo que piensa sin pretender imponerle lo que nosotros pensamos.
Somo seres humanos, perfectibles, nos equivocamos -en general sin mala intención- recordemos todo el tiempo que a los demás les pasa lo mismo.


Feliz Navidad y un Excelente Año 2016 para todos.

Publicado en Revista Aquende Diciembre 2015