El Fado portugués, como el Choro brasileño y el tango argentino, son estilos coincidentes en la nostalgia, la melancolía y una visión poco optimista del futuro.
Se casó dos veces, la primera sólo duró dos años y la segunda más de 30 años.
Su vida artística fue exitosa desde sus comienzos, sin embargo, nunca se pudo desprender de esa sensación de desasosiego de los primeros años, que la llevaron a intentar suicidarse un par de veces.
Otro de los aspectos que la entristecían es que aún siendo una estrella internacional, en su país se seguía considerando al fado como música de suburbios.
Se la denostaba por su relación con la dictadura zalazarista aunque, no se ha establecido aún si esa no era una fachada porque hay versiones de que secretamente donaba dinero al partido comunista portugués.
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