martes, 2 de mayo de 2017

Murió Abelardo Castillo

¡Qué día negro para la literatura! Murió uno de los escritores que leí con más ahínco, con pasión y, a la vez, advirtiendo que en cada página, en cada frase me estaba dando una lección de cómo se escribe. Leerlo, solo leerlo era tener un taller literario a disposición.
Desde que en mi adolescencia leí "Las Otras Puertas"  (Premio Casa de las Américas cuando él contaba 26 años) hasta sus últimos textos, pasando por Los Cuentos Crueles, Israfel, El Evangelio según Van Hutten, El que tiene ser, Crónica de un iniciado y tantos otros que compré, regalé y me regalaron, siempre he corroborado que la literatura es un sentimiento, una manera de acceder al conocimiento a través de la sensibilidad.
Tuve la suerte de conocerlo personalmente y de entrevistarlo en Radio Municipal, en el programa "Taller azul" que hacía con María Delia Gavin y al que concurrió con su esposa, la escritora Sylvia Iparraguirre, Fue otro día aciago para el arte, esa vez para el cine, porque nos enteramos antes de salir al aire, que Federico Fellini había muerto y todos en el estudio estábamos conmovidos por ese ser, del que nos separaba un océano pero al que estábamos fuertemente unidos por sus creaciones cinematográficas. Y compartimos un duelo.
Abelardo Castillo fue uno de los grandes escritores argentinos, fue un  autodidacta quizás por eso había logrado desmenuzar hasta el hueso la esencia de la escritura, buscando respuestas sin arrogancias pero con la convicción de que lo que decía no lo tenía agarrado con alfileres
Fue un  hombre que no se formó en la mejor universidad sino a través de sus lecturas, y escucharlo siempre resultaba una fiesta porque lo que decía no eran frases ni pensamientos que oyera o leyera en otro lado sino el producto de reflexionar sobre sus experiencias y sobre el camino realizado para lograr sus propósitos.

Hasta la relectura de otro de tus textos

Mi sincero pésame a Sylvia, Omi Fernández